Vivimos en un mundo donde los camiones de marcas japonesas se fabrican con piezas hechas en Estados Unidos y se ensamblan en fábricas mexicanas.
"El Toyota Tacoma se ensambla entre San Diego y Tijuana", dijo Jessica Anderson, presidenta y CEO interina de la Cámara de Comercio Regional de San Diego. "Ves que las piezas cruzan la frontera tal vez cinco o seis veces antes de que el camión esté completamente ensamblado".
¿Te imaginas pagar un arancel del 25% cada vez que una de esas piezas cruza la frontera?
Posibilidades como esa tenían a los líderes empresariales de toda la región fronteriza en vilo desde el momento en que el presidente Donald Trump anunció durante el fin de semana que los aranceles del 25% entrarían en vigor el martes.
Anderson pasó el fin de semana atendiendo llamadas y correos electrónicos de dueños de negocios preocupados.
"Para algunos, es '¿Puede mi negocio siquiera sobrevivir a esto?'", dijo ella. "No se trata simplemente de '¿Necesito subir un poco los precios o tal vez no lanzar ese nuevo producto?' Para algunos negocios, esto es cuestión de vida o muerte."
Esos negocios pueden estar tranquilos, pero no por mucho tiempo.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció un acuerdo de última hora con el presidente Trump para evitar los aranceles al menos hasta el fin de mes.
México prometió enviar más tropas de la Guardia Nacional a la frontera y Estados Unidos prometió intentar frenar el flujo de armas ilegales hacia México, dijo Sheinbaum en su conferencia de prensa del lunes.
El envío de tropas de la Guardia Nacional mexicana a la frontera no es nuevo. México envió rutinariamente tropas a la frontera durante la administración anterior.
Un acuerdo similar se desarrolló en el lado norte de la frontera, con Canadá evitando los mismos aranceles al aceptar implementar un plan de seguridad fronteriza de 1.3 mil millones de dólares que se anunció originalmente el año pasado.
Trump ha utilizado la amenaza de aranceles como una táctica de negociación en el pasado. Durante su primera administración, México aceptó participar en el controvertido programa Permanecer en México solo después de que Trump amenazara al entonces presidente Andrés Manuel López Obrador con aranceles.
Independientemente de si Trump tenía la intención de llevar a cabo la amenaza o simplemente la utilizaba como una ficha de negociación, los líderes empresariales locales creen que ya ha tenido un impacto negativo en la economía binacional.
“Esto está causando mucha incertidumbre”, dijo Anderson.
Y esa incertidumbre es mala para los negocios porque impacta la estrategia a largo plazo.
“Nunca sabremos el impacto de todos los inversionistas que estaban pensando en mudarse aquí o expandirse”, dijo Alejandra Mier y Terán, directora ejecutiva de la Cámara de Comercio de Otay Mesa.
Mier y Terán dijo que la noticia de la pausa en los aranceles fue definitivamente positiva. Pero la amenaza general de los aranceles aún se cierne sobre toda la región.
Ella escuchó de al menos un miembro de la Cámara de Comercio que canceló planes para firmar un contrato de expansión para una propiedad comercial en Tijuana.
Aproximadamente el 80% de los miembros de la cámara trabajan en comercio transfronterizo.
“Cualquier interrupción con los aranceles sería un gran golpe para nuestras empresas, y eso ciertamente significa pérdida de empleos”, dijo Mier y Teran.
Uno de los inconvenientes de usar aranceles como táctica de negociación es que los negocios locales quedan atrapados en el fuego cruzado, agregó.
