La familia del agente de la DEA Enrique "Kiki" Camarena, quien fue secuestrado, torturado y asesinado en 1985, presentó una demanda en la corte federal de San Diego esta semana contra el Cartel de Sinaloa y los líderes del cartel supuestamente responsables de su muerte.
La demanda fue presentada después de que el presidente Donald Trump designara al cartel como una organización terrorista extranjera, lo que abrió la puerta para que la familia de Camarena presentara una demanda antiterrorista de este tipo.
Junto con el Cartel de Sinaloa, la demanda menciona a los presuntos capos de la droga Rafael Caro-Quintero, Ernesto Fonseca-Carrillo y Miguel Ángel Félix-Gallardo como acusados.
Según la denuncia, los tres son miembros fundadores del Cartel de Guadalajara, el cual se disolvió, y sus actividades de tráfico de drogas fueron asumidas posteriormente por el Cartel de Sinaloa.
Camarena y su piloto, Alfredo Zavala-Avelar, fueron secuestrados en Guadalajara por hombres armados el 7 de febrero de 1985. Camarena se dirigía a encontrarse con su esposa para almorzar cuando fue secuestrado frente a las oficinas de la DEA dentro del Consulado de EE. UU.
Ambos hombres fueron interrogados y torturados por más de un día y luego asesinados en algún momento del 9 de febrero, según indica la denuncia. Sus cuerpos fueron descubiertos en una tumba poco profunda en un rancho a unas 60 millas al sureste de Guadalajara.
Los demandantes incluyen a la viuda de Camarena, Geneva "Mika" Camarena, junto con varios otros miembros de la familia, incluyendo al hijo de Camarena, el juez de la Corte Superior de San Diego, Enrique Camarena Jr.
Caro-Quintero fue condenado en México por el asesinato de Camarena y sentenciado a 40 años de prisión, pero fue liberado después de que un tribunal de apelaciones mexicano dictaminara que se le acusó incorrectamente de cargos de asesinato estatales porque había sido juzgado en un tribunal federal. Caro-Quintero fue liberado de la custodia en 2013, pero fue arrestado de nuevo casi una década después, cuando un tribunal de apelaciones restableció su condena.
Caro-Quintero fue transferido a la custodia de los EE. UU. el mes pasado para enfrentar cargos por el asesinato de Camarena, entre otros.
Fonseca-Carrillo y Félix-Gallardo fueron condenados en México por el secuestro y asesinato de Camarena y cada uno fue sentenciado a 40 años de prisión.